Si ya conoces este método de acercamiento al Señor a través de su Palabra, acompáñanos; si no estás familiarizado con él, esta es una magnífica oportunidad para que lo conozcas y lo adoptes para incrementar tu cercanía con Dios y con las personas de tu entorno.
Estén siempre alegres. Oren en todo momento. Den gracias por todo, pues ésta es la voluntad de Dios con respecto a ustedes como cristianos.
1Ts 5, 16-18
Para poder acompañarnos, toma nota de la ID de la reunión de Zoom, así como el número de Whatsapp en donde te proporcionaremos la clave de acceso que aparece en el póster. La entrada es libre.

El Señor llama: ¿responderás?
Ven con nosotros y acompáñanos a tener un momento de diálogo con el Señor.
Él nos llama para estar un tiempo con Él. Un tiempo de calidad. Date la oportunidad de abrir tu mente y corazón al mensaje que tiene para ti, para ayudarte a resolver este momento que estás viviendo y poder brillar como antorcha en el mundo.
Te esperamos. Él te espera. Todo lo que tienes que hacer es tener la disposición, darte tiempo e ingresar a Zoom con la clave que te proporcionamos sin costo.
Es recomendable que para obtener mayor provecho de esta experiencia, prepares un lugar tranquilo y lo ambientes con una vela o una imagen del texto que leeremos, en esta ocasión, trigo.
También te recomendamos leer previamente el texto que te indicamos para que ya tengas una idea de lo que se va a hablar.
Ten al mano tu Biblia y un cuaderno para hacer anotaciones. Si tu Biblia la tiene, lee por favor la introducción al evangelio de San Juan y las notas de pie de página del texto que vamos a leer.
¡Y prepárate a gozar de la intimidad con nuestro Señor!
Entre las muchas formas de acercarse a la Sagrada Escritura, hay una privilegiada a la que todos estamos invitados: la Lectio Divina o ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escritura. Esta lectura orante, bien practicada, conduce al encuentro con Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de Dios, y al testimonio de Jesús-Señor del universo.
Benedicto XVI