Dios Creador

Es un gusto compartir con ustedes este espacio “Meditando con la Palabra” que hoy inicia. Y hablando de inicios, por qué no hacer una meditación de una cita del inicio de la Biblia tomada del libro de Génesis:

(Gen 2, 4b – 8) “El día que hizo Yahveh la tierra y los cielos, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. Luego plantó Yahveh un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado”.  (pequeña pausa)

Resulta increíble pensar que hay personas todavía que creen a pie juntillas que Adán fue el primer hombre o que el mundo fue creado en 7 días.

Más, aunque resulta increíble, quien así habla o piensa, lo hace más que nada por desconocer que es la Biblia y cómo hay que leerla; como todo libro, hay que tener un antecedente de lo que se va a leer para poder entenderlo de forma correcta; esta es la función de los prólogos, introducciones o presentaciones que traen los libros.

En nuestro caso, tendremos que distinguir entre los dos relatos de la creación: El primero es el que nos cuenta la creación en 7 días y el segundo es el conocido relato de Adán y Eva. Ambos relatos están llenos de simbolismos y tienen una intención y estilo diferentes, aunque el mensaje es el mismo.

Este relato que acabamos de escuchar nos habla de la creación en un solo acto, no en 7 días. Aquí, el hombre es lo primero que Dios crea, luego vendrá Eva y todo lo demás; en el otro relato el hombre y la mujer son creados juntos al final; son el acto último de la creación.

Esto alimenta la meditación de hoy: No importa cómo, ni cuándo, lo que importa es que Dios es creador del cielo y de la tierra y todo lo que eso implica.

Nótese: dije es creador y no fue creador, porque Dios sigue creando constantemente, sigue “insuflando” o “soplando” aliento de vida en cada nuevo ser, en cada persona, en cada galaxia remotísima a la que aún no hemos llegado y en la que desconocemos como es que las estrellas nacen y mueren.

No nos dejemos llevar por la soberbia de pensar que alguna vez, vamos a poder entender a Dios y saber por qué, cómo y cuándo hace las cosas que hace.

Conviene ser humildes y reconocer su poder para crear y su amor para compartir lo creado. Este es el mensaje principal: Todo ha sido creado por Dios y lo hizo por amor, para ti y para mí.

Te dejo dos preguntas para continuar tu reflexión:

¿Me cuesta trabajo entender el contenido de la Biblia?

¿Qué cosa concreta puedo hacer para entender mejor?

Recordemos a San Jerónimo quien dijo:

“El que desconoce las Escrituras, desconoce a Cristo”.

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